El estado Amazonas, una zona con una rica y frágil diversidad, importantes reservas de recursos estratégicos y hogar de más de 19 pueblos indígenas, está sufriendo en los últimos años un auge de la minería ilegal en varias de las áreas de su jurisdicción. Una de estas es la zona occidental, fronteriza con Colombia, la cual es una zona caliente donde existen minerales de importancia, un intensa dinámica transfronteriza, disputas territoriales e incursiones de grupos armados irregulares , así como economías de contrabando. Pero además es el territorio de los pueblos arawaks del sur, entre los que se cuentan los kurripacos, baniva y puanibe.
La creciente presencia de mineros, que provienen principalmente de países como Colombia y Brasil, ha sido denunciada por pueblos indígenas de la zona, quienes señalan que esta actividad, que emplea maquinarias, está generando importantes impactos socio-ambientales en sus territorios y comunidades, tales como contaminación de las aguas de los ríos y caños con mercurio y otras sustancias tóxicas; desviación de ríos y alteración de ecosistemas fluviales; deforestación; muerte de peces y afectación de las fuentes de alimento de las comunidades; enfermedades de diverso tipo e intoxicaciones por la ingesta de aguas y peces contaminados, con algunas muertes de niños y adultos; amenazas y agresiones por parte de mineros, grupos armados y funcionarios militares; sobre explotación del trabajo indígena; actividades ilegales como el contrabando y la prostitución; así como el desplazamiento de integrantes de estos pueblos originarios.
Indígenas kurripaco y baniva han realizado numerosos reclamos y peticiones, muchos canalizados por las instituciones formales, solicitando soluciones ante la problemática. Organizaciones indígenas del estado Amazonas como Coiam y Orpia impulsan sus reclamos y los llevan a instancias mayores, llamando la atención incluso al Presidente de la República.
Pocas soluciones han podido ser ofrecidas. Las políticas estatales han fracasado, en una dinámica compleja debido a la intrincada trama de actores en una zona fronteriza, siendo un problema de orden binacional en la cual además de oro y diamantes, está involucrado un mineral como el coltán. La crisis actual que se vive en Venezuela obstaculiza aún más las posibilidades de canalizar institucionalmente las soluciones a la problemática. Las agrupaciones de los pueblos originarios de todo Amazonas permanecen unidas, ante escenarios futuros que podrían complicar aún más la situación.
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