El controvertido proyecto de presa de Bujagali comenzó en 1999 cuando el gobierno de Uganda encargó el poder de AES Nile para construir y operar la planta hidroeléctrica de Bujagali en el río Victoria Nile. La compañía se retiró antes de que comenzara la construcción y un nuevo consorcio, Sithe Global Power LLC, de los Estados Unidos, y los Servicios de Promoción Industrial, una división del Fondo Aga Khan para el Desarrollo Económico (AKFED), fueron nombrados para construir la presa. La construcción comenzó 2007 y la presa comenzó a entregar electricidad en 2012 con una capacidad reportada de 250 megavatios [1]. Los préstamos vinieron del Banco Mundial, el Banco Europeo de Inversión y el Banco de Desarrollo Africano. La empresa de construcción italiana Salini fue seleccionada para ser contratista principal. Las organizaciones de la sociedad civil se unieron a nivel local e internacional contra el proyecto. Las quejas principales fueron que el reasentamiento y la compensación de las comunidades afectadas eran inadecuadas y que las personas estaban peor de lo que originalmente eran [2,4]. Las quejas relacionadas incluyeron una falta de consulta y pérdida de medios de vida. Afirmaron que el análisis económico de la presa y el costo para el público ugandés era inadecuado, apoyando otros análisis que vinculan el proyecto con una tendencia de privatización global y la participación de las empresas privadas en la provisión de electricidad [3], una agenda de reforma empujada del Banco Mundial. |