A pesar de que el fuego ha sido un elemento milenario del paisaje de la Gran Sabana en el Parque Nacional de Canaima, su uso y control es todavía un tema polémico en Venezuela. El parque nacional de Canaima (PNC), con un territorio de tres millones de hectáreas, se encuentra situado en el distrito de Bolívar en Venezuela. Esta área protegida está habitada, desde antes de la llegada de los europeos en el siglo dieciocho, por el Pueblo indígena Pemón que actualmente cuenta con una población aproximada de 250.000 habitantes. Pese a los fuertes lazos que unen al pueblo pemón con su tierra ancestral, el parque fue creado sin consulta local previa en los años sesenta. Esta exclusión en la gestión de diferentes aspectos del parque ha creado muchos conflictos: uno de los más prominentes es el del uso tradicional pemón del fuego y los objetivos de conservación del parque nacional de las diferentes instituciones involucradas en la gestión de éste: CORPOELEC, la Corporación Venezolana de Guayana (CVG) e INPARQUES. Desde 1981, CORPOELEC (anteriormente conocido como EDELCA) se ha encargado del control del uso del fuego en el Parque Nacional de Canaima. Esta política de incendios ha enfatizado el control externo, excluyendo el conocimiento tradicional de los Pemón en la conservación del parque, limitando así su papel a ser los bomberos en el plan del control del fuego. Este programa en concreto ha estado basado en la creencia errónea de que el uso del fuego por parte de los Pemón, en particular la quema de la sabana, está causando una reducción gradual del área forestal del parque expandiendo así la sabana. Estudios reflejan que, a pesar de la inversión económica y tecnológica de los últimos 20 años para cambiar el uso del fuego por parte de los Pemón, los incendios en el área no han cesado. La oposición Pemón hacia las políticas de control de incendios se manifiesta en forma de una silenciosa pero persistente resistencia. Cabe destacar que diferentes investigaciones han descrito esta práctica de los Pemón como un sistema de quemas controladas en las sabanas que previenen la acumulación de materia vegetal combustible que con su exposición al fuego podría crear incendios a gran escala. El uso del fuego en la Gran Sabana ha estado dominado por un conflicto de valores, intereses y cosmovisiones entre los actores involucrados que complican llegar a acuerdos sobre el manejo intercultural y sostenible del fuego. La narración dominante que ve la quema destructiva, junto con las diferencias en las perspectivas entre generaciones en las comunidades tradicionales, ha hecho reacios a los Pemón a discutir abiertamente sus conocimientos y puntos de vista sobre el fuego con la población no indígena. En los últimos tiempos la aparición de una contra-narrativa académica sobre el control fuego ha jugado un papel importante en la "apertura" del conflicto, ayudando a que se visibilice y se reconozca públicamente el conocimiento y la lógica ambiental Pemón que dan sustento al uso del fuego en la zona, y se ha comenzado a producir un cambio en sus relaciones de poder del conflicto. En este proceso ha sido importante el apoyo de diferentes instituciones de investigación, la Universidad Simón Bolívar, el IVIC, el CENDES, la UNEG y la Universidad de Texas al "Plan de Vida" Pemón, lo cual ha ayudado a facilitar el diálogo entre la comunidad científica, los administradores de recursos y los Pemón para reflexionar sobre las diferentes percepciones sobre el manejo del fuego. Ésto ha contribuido a que en la actualidad los principales actores involucrados en el conflicto muestren un interés en cambiar de un enfoque de supresión a una gestión de las quemas basado en una mayor integración de los diferentes sistemas de conocimiento (tradicional, social, científica y técnica). |