ACTUALIZADO. Juan Miguel Hernandez en El Espectador, 30 diciembre 2019. "El domingo 26 de marzo de 2017 fue un día inolvidable para los habitantes del municipio de Cajamarca (Tolima). La comunidad le dijo no a la ejecución de proyectos mineros en su territorio y con 6.165 votos, equivalentes al 97 % del total del escrutinio, obligó a la multinacional Anglo Gold Ashanti a detener la exploración de oro en la mina La Colosa. Para muchos campesinos de la región esa era la elección más mportante de sus vidas. En Cajamarca no se estaba decidiendo quién sería el gobernante de turno, sino cuál debía ser el modelo de desarrollo y sostenibilidad para el futuro. Las dos opciones estaban claras. La abstención, impulsada públicamente por la empresa y, en silencio, por el alcalde y el párroco, defendía la locomotora minero-energética, la extracción de recursos naturales no renovables y la inversión extranjera. El no a la minería, promovido por el Comité Ambiental y por los ciudadanos del común, quería conservar el páramo y los ríos, promover la agricultura y el ecoturismo, y garantizar la soberanía alimentaria para la comunidad. Esa tarde de marzo no sólo estaba en juego el proyecto de La Colosa, sino el destino de la minería en el país. Como afirmó Róbinson Yance, líder del Comité Ambiental, después de conocer los resultados de la consulta, “esta decisión no sólo va a transformar el futuro del municipio, sino el futuro de las políticas públicas a nivel nacional”. Cajamarca le estaba dando una lección de dignidad a Colombia. La llama de rebeldía y resistencia pacífica que sus habitantes habían encendido se iba a multiplicar en los meses siguientes en más de una docena de pueblos que estaban dispuestos a seguir el ejemplo de determinación de los tolimenses. ¿Cómo era posible que un grupo de hombres y mujeres de un pequeño municipio de la cordillera Central le hubiera ganado, sin ningún arma distinta a la palabra, una pelea definitiva a la multinacional más importante en la explotación de oro del mundo? ¿Quién podía explicar que 6.000 personas comprometidas con el futuro de su territorio habían detenido el proyecto de extracción de oro más importante de los últimos diez años en Colombia? La pelea, sin embargo, apenas estaba empezando. Después de la algarabía que trajo el triunfo de la comunidad vino una serie de hechos que pusieron a Cajamarca de nuevo en las portadas de los medios de comunicación. El ministro de Minas y Energía, Germán Arce, dijo que la consulta “no tenía la capacidad de cambiar la ley”; Carlos Enciso, el antiguo gerente de operación corporativa de Anglo Gold Ashanti, insistía en que la decisión no era vinculante y que, por eso, la empresa podía seguir adelante con el proyecto, y el alcalde del municipio, Pedro Pablo Marín, aseguró en varias oportunidades que en Cajamarca había una especie de crisis socioeconómica y que la gente estaba arrepentida de haber votado no a la minería. A pesar de todos los peros, los resultados de la consulta fueron respaldados por distintas organizaciones de la sociedad civil que se dedicaron a defender con solidez jurídica la decisión que habían tomado los habitantes de Cajamarca. Dejusticia demostró que las leyes 134 y 1757 establecían que el resultado de una consulta popular, si superaba el umbral necesario, era obligatorio y vinculante. “Jurídicamente, lo que tiene que pasar en este caso es que el Concejo municipal deberá adoptar la decisión del mandato popular y prohibir la minería en el municipio”, sostuvo en su momento Diana Rodríguez, investigadora de esa ONG. Y así sucedió. El Concejo de Cajamarca ordenó a regañadientes prohibir la minería en el territorio y, por eso, el 27 de abril, treinta días después de la consulta, Anglo Gold Ashanti reconoció la posición expresada por la comunidad y decidió detener indefinidamente las operaciones e irse de la región. “No se realizarán nuevas inversiones en los trabajos de estudio y exploración, los gastos operativos serán reducidos al mínimo y más de 400 trabajadores de las áreas de operación, administración y logística, asentados en la zona, serán liquidados e indemnizados”, escribió en un comunicado de prensa. Los líderes de la comunidad coincidieron en que esta fue la segunda victoria de los que creen en la posibilidad de un proyecto de desarrollo económico distinto a la minería. Para Renzo García, promotor de la consulta popular, la decisión de la empresa estaba en línea con la Constitución Política y abría nuevos retos para el municipio. “El balón ahora está en nuestras manos. Es nuestra responsabilidad demostrar que la agricultura y el ecoturismo son una posibilidad real para generar riqueza y buen vivir en el territorio Es nuestro deber potencializar los procesos de organización campesina, promover un uso adecuado de la tierra, abogar por el consumo de alimentos sanos y generar empleo para toda la población de Cajamarca”, reconoció una vez Anglo Gold anunció el fin de sus operaciones en el municipio.". ===================================== Versión de 2014.- En el municipio de Cajamarca (Tolima) la multinacional sudafricana AngloGold Ashanti (AGA) tiene 426.263 hectareas concesionadas por el Instituto Colombiano de Geologia y Mineria (Ingeominas) desde el año 2008 para realizar exploracion de oro. La mina de oro de La Colosa (como se conoce a este megaproyecto) puede ser el yacimiento mas grande hallado en los ultimos 10 años en todo el mundo. El proyecto La Colosa, se encuentra actualmente en la fase de exploracion, a pesar de ello ha generado una serie de reacciones no solo de los habitantes de la zona, sino tambien de la opinion nacional e internacional, por estar localizado en la Reserva Central Forestal de Colombia, zona donde existen 161 nacimientos de agua. Asimismo se ha presentado resistencia al proyecto porque esta zona se caracteriza por desarrollar actividades propias del campo, gracias a la fertilidad de sus suelos, generando que la comunidad reacciones frente a este megaproyecto. Entre otras actividades se puede observar la movilizacion del 3 de junio de 2011 contra el proyecto ecocida (termino utilizado para significar la destruccion del ambiente) de la Colosa, esto fue posible tanto por las acciones y tareas gestadas desde el Comite Ambiental en Defensa de la Vida, como por el trabajo solidario de diversas organizaciones sociales, culturales y ambientales de Ibague, Cajamarca y Anaime. La convocatoria tambien fue fruto del compromiso de Usocoello y demas organizaciones de El Espinal. Al igual, gracias a la participacion solidaria de las comunidades de Marmato, los estudiantes de la Universidad de Caldas, Cauca, Sur de Bogota y los ciudadanos de Armenia, Circasia, Chaparral, Rovira, Libano, entre otros. La marcha Carnaval en Defensa de la Vida y contra el proyecto ecocida de la Colosa, fue una fiesta ambiental en defensa de la vida. Mas de 12.000 mil personas juntaron mentes y corazones en defensa del derecho a un ambiente sano para las presentes y futuras generaciones. Derechos vitales que surgen desde las entrañas de la madre tierra y que incluyen la posibilidad de gozar del bienestar que nos brinda la naturaleza, de tener agua pura que beber, alimento sano que consumir y paisajes que disfrutar. Desde el inicio del proyecto, es decir en la fase de exploracion se han presentado irregularidades, debido a ello las autoridades ambientales de Tolima señalaron que las primeras perforaciones impactaban sobre la reserva forestal y en los acuiferos colindantes. A lo que la compañia ha respondido con diferentes argumentos que niegan esta posicion. La empresa había solicitado un area de sustraccion de 515 hectareas de la reserva forestal para culminar la etapa de exploracion, pero el Ministerio de Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial no se lo autorizó. La magnitud del proyecto, pero sobre todo el impacto ambiental y social que este ocasionaría ha instado a que las diferentes instituciones del Estado a sentar posición sobre el mismo, el caso mas llamativo es el de la Contraloría General de la Republica, quien a traves de la Contralora Sandra Morelli conminó al Ministerio de Ambiente y a Cortolima a evitar daños ecologicos al agua en la ejecucion del proyecto minero de AngloGold Ashanti. El organismo de control considera que las posibles afectaciones al area de influencia, de manera directa e indirecta, tendran incidencia en el suministro de agua a la poblacion y al distrito de riego de Uso-Coello, perjudicando de esta manera una importante region agroindustrial y arrocera del Tolima. Ingeominas otorgó las concesiones a AGA para la exploracion y explotacion minera en Cajamarca, desconociendo el Codigo de Recursos Naturales que prohibe estas actividades en zonas de reserva forestal y, ademas, la norma que ordena la proteccion de las cuencas hidrograficas. Se constató además la compra de agua al municipio de Girardot para abastecer las necesidades propias de la actividad. La Contraloría señala además que por parte de los ejecutores, hasta la fecha, no hay la informacion sobre los diseños y caracteristicas detalladas del proyecto La Colosa, tampoco hay estudios de caracterizacion y modelacion hidrogeologica del area de influencia directa del proyecto minero, y se desconocen aspectos sobre el proceso de beneficio que se llevaria a cabo como la ubicacion y caracteristicas posibles de las pilas y piscinas de lixiviados y escombreras, consumos directos de agua, entre otros. El diputado británico Ian Lavery en junio del 2011, promovio la firma de un comunicado, en el cual se expresaba que la mineria en los paises en vias de desarrollo a menudo se lleva a cabo de maneras que no serian aceptables en los paises ricos. Teniendo en cuenta los precedentes de AngloGold Ashanti en materia del medio ambiente y derechos humanos en Ghana y la Republica Democratica del Congo, es preocupante que esta empresa posee un area tan extensa de titulos mineros en Colombia, como es el caso de la mina La Colosa. Por el momento se sabe que La Colosa tiene recursos inferidos de 24 millones de onzas de oro (unos US$30.000 millones) que se encuentran hasta el momento sin explotar debido a que Cortolima le ha negado concesiones de agua necesarias para ejecutar su actividad de exploracion, cuestion que frena el megaproyecto por aproximadamente dos años, al punto de que ya no empezaría a producir oro en 2016, como se tenía previsto, sino en 2019. Cortolima argumenta que se agotó el recurso hídrico en el rio Coello. Pero el cambio de director de esta corporacion estatal ambiental (Cortolima) podria dejar via libre para que el proyecto se desarrolle. Sin embargo en julio 2013 el municipio de Piedras en referendum o consulta popular se ha negado a ser zona de para poner un embalse donde la AGA depositaría enormes cantidades de lodos. (See less) |