Desde hace ya varias décadas, la sierra de Petatlán, ubicada en la región de la Costa Grande del estado mexicano de Guerrero, ha sido testigo de una importante movilización campesina caracterizada por su perfil ecologista. Llevar a cabo una lucha de esa índole en este lugar no es nada fácil: la guerrilla, las guardias blancas (nombre que se le da a los grupos de seguridad que son contratados de manera privada por los grandes terratenientes), el ejército y el narcotráfico proliferan al igual que los "caciques talamontes"[5]. El 28 de noviembre de 2012 se reportó que Juventina Villa Mojica, dirigente de la Organización de Campesinos Ecologistas de la Sierra de Petatlán y Coyuca de Catalán (Ocespcc), y su hijo Reynaldo Santana, de 10 años de edad, fueron asesinados en la comunidad La Laguna, en la parte alta de la sierra del municipio de Coyuca de Catalán. El homicidio fue perpetrado cuando la mujer pretendía encabezar a unas 45 familias de La Laguna que se desplazarían a la comunidad Puerto de las Ollas, en el mismo municipio, donde se refugiarían del acoso al que han estado sometidos por presuntos grupos paramilitares y talamontes. El primer desplazamiento de las familias de La Laguna ocurrió después del homicidio del esposo de Juventina, Rubén Santana Alonso en febrero del año 2011. Toda la comunidad se trasladó al pueblo de Las Ollas para protegerse de los sicarios que los acosaban. En 14 Mayo 2011, La Jornada [6] reportaba: "... amenazados por talamontes y presuntos narcotraficantes decidieron huir de su comunidad, La Laguna, y se refugiaron en Puerto las Ollas. A bordo de cinco vehículos, recorrimos unos 80 kilómetros la noche del 22 de abril, recuerda Juventina Villa Mojica, viuda de Rubén Santana Alonso, dirigente de la Organización Campesina Ecologista de la Sierra de Petatlán y Coyuca de Catalán ejecutado el 15 de febrero pasado (2011), en represalia por encabezar la lucha de los ejidatarios de La Laguna contra los talamontes." Pese a los acuerdos con el gobierno para atender las necesidades de los afectados ante la violencia, no recibieron atención y las familias volvieron a La Laguna para trabajar sus tierras y reunir a sus animales, hasta el 28 de noviembre de 2012 cuando se acordó un nuevo traslado a un lugar seguro con el resguardo de policías estatales. Sin embargo ese día fue asesinada Juventina Villa Mojica y su hijo Reynaldo Santana Villa, una de sus hijas iba con ella y se salvó. Desde 1999 dirigentes y otros miembros de esta organización OCESPCC han sido víctimas de asesinatos, desapariciones, prisión y exilio.[1] Este ha sido uno de los muchos homicidios en esta zona. Este hecho forma parte de la escalada de violencia desatada por la delincuencia organizada en la sierra de Petatlán, Guerrero, desde hace ya muchos años provocando el desplazamiento de diversas poblaciones que se han opuesto a la tala ilegal de bosques y a la producción de drogas. El desplazamiento era obligado por la falta de voluntad por parte del gobierno del estado para proteger los recursos naturales y garantizar la seguridad de las familias y de las personas y organizaciones que protegen los bosques y el agua sin apoyo de las autoridades. Los antecedentes son estos: La explotación forestal en la década de los noventa ya llegó a un punto peligroso. Según Greenpeace, imágenes de satélite tomadas en 18 localidades de la sierra de Petatlán y Coyuca de Catalán, entre los años 1992 y 2000 muestran que se perdieron 86 mil hectáreas de bosques de las 226,203 que existían, es decir, el 38 por ciento del bosque se perdió por la tala excesiva e ilegal efectuada por "talamontes" como se dice en México. En 1998 un grupo de campesinos que venían luchando desde años atrás, formaron la Organización de Campesinos Ecologistas de la Sierra de Petatlán y Coyuca de Catalán. Rodolfo Montiel Flores junto con Teodoro Cabrera encabezaron la organización de campesinos de los 24 ejidos de la zona del Filo Mayor, lugar donde operaba la empresa Costa Grande Forest Product (CGFP), subsidiaria de Boise Cascade. En un principio, la organización de los campesinos ecologistas emprendió una campaña de concientización –incluyendo empleados y trabajadores de la empresa– a fin de evitar la tala, reforestar y organizar a la comunidad. Solicitaron la intervención de las autoridades de protección ecológica local y federal; posteriormente llevaron a cabo lo que ellos llaman “paros de madera” que implica el bloqueo de caminos por parte de la comunida. Más tarde la empresa Boise Cascade tuvo que retirarse. Montiel y Cabrera recibieron premios Goldman 2000, tras haber sido encarcelados varios años.[2]. Juventina Villa, años después, integrante de esta misma organización, fue asesinada. La organización de Campesinos Ecologistas de Guerrero ha sufrido varios otros asesinatos [3]. (See less) |