En noviembre del 2018 la empresa Suman SAPI de CV, presentó una Manifestación de Impacto Ambiental (MIA) ante la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT) para la construcción de un parque fotovoltaico en el municipio de Umán, ubicado a 15 km al oeste de la ciudad de Mérida (Yucatán) [1]. Este parque, con una capacidad instalada de 154.72 MW (499.2 mil paneles solares), pretende instalarse sobre 300 hectáreas de las tierras ejidales de Umán para abastecer, por medio de dos líneas de transmisión, a la planta cervecera del Grupo Modelo (ABInBev) y a la Ciudad de Caucel [1]. En agosto de 2019, durante el proceso de evaluación de la MIA por parte de la SEMARNAT, varias organizaciones comunitarias, académicos y grupos de de la sociedad civil de Yucatán denunciaron en conferencia de prensa las inconsistencias de dicho estudio presentado por la empresa ante la SEMARNAT y los graves impactos ambientales que podrían provocar su construcción [2] [3]. Dentro de los impactos e irregularidades denunciadas resaltan: - la deforestación de 270 hectáreas de selva tropical sub caducifolia para la implementación de los 499 mil paneles solares previstos - la presencia en el polígono del proyecto de varias especies protegidas por la normativa oficial mexicana y especies endémicas de la región - que el proyecto es incompatible con el Programa de Ordenamiento Ecológico del Territorio de Yucatán (POETY), decretado en 2007 También alertaron sobre el impacto sinérgico que podría tener sobre la capacidad de recarga de los acuíferos la tala de selva para el parque fotovoltaico y la extracción de agua de la planta cervecera del Grupo Modelo que este proyecto pretende abastecer en electricidad. La planta del Grupo Modelo está en operación desde 2017 [4] y, según los datos del Registro Público de Derechos de Agua (REPDA) de la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA), tiene un volumen de agua subterránea concesionada de 7.1 millones por año. Esas organizaciones explican que la sobreextracción de agua de la planta, combinada con la disminución de la recarga de agua dulce a causa de la deforestación podría provocar la intrusión salina en el manto freático [3]. También existen otras inquietudes publicadas por parte de científicos locales sobre los posibles impactos a los mantos acuíferos de la planta del Grupo Modelo y la ausencia de estudios serios al respecto [5][6]. En este comunicado de prensa las organizaciones locales exigieron a la SEMARNAT no autorizar la MIA de este proyecto de parque fotovoltaico por las irregularidades y posibles impactos mencionados [3]. En noviembre de 2019, la SEMARNAT emitió su resolutivo sobre la MIA en el cual niega la autorización solicitada para el proyecto denominado "Parque Fotovoltaico Oxcum-Umán" [6]. En el resolutivo la entidad detalla las diversas inconsistencias que tenía la MIA y el incumplimiento de la legislación en materia ambiental, que es en grandes líneas lo que habían denunciado las organizaciones de la sociedad civil tres meses antes. Se justifica la negación del permiso por el hecho que la empresa Suman SAPI de CV omitió información referente a la identificación de los impactos acumulativos, residuales y sinérgicos, así como sus correspondientes medidas de prevención y mitigación en la construcción del parque fotovoltaico [8]. También se tomaron en cuenta para esta decisión las opiniones negativas emitidas por varias instancias del gobierno como la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (CONABIO), la Dirección General de Vida Silvestre (DGVS), la Dirección General de Gestión Forestal y de Suelos, y la Dirección de Desarrollo Urbano Sustentable, Ordenamiento Territorial y Patrimonio Histórico de Yucatán [9]. El rechazo de este proyecto muestra la importancia de la denuncia social articulada desde las organizaciones comunitarias, locales y expertos de la región, para evidenciar con argumentos científicos sólidos las inconsistencias y riesgos ambientales que representaba este proyecto. SI bien, la negación de este proyecto por la SEMARNAT, fue recibido con beneplácito en la región, las preocupaciones siguen latentes, pues por un lado, la misma empresa u otra puede volver a presentar un nuevo estudio de impacto ambiental para seguir adelante con este proyecto. Además, por otro lado, se observa con preocupación que en el mismo periodo que la SEMARNAT rechazó este proyecto, ha autorizado otros proyectos similares en la Península de Yucatán, a pesar de que organizaciones sociales hayan denunciado también los riesgos que éstos implicarían con argumentos sólidos. (See less) |