La Planta Tratadora de Aguas Residuales (PTAR) Atotonilco es un componente del proyecto Saneamiento para el Valle de México, diseñado principalmente para resolver los problemas de inundaciones que ocurren en la Ciudad de México y su Zona Metropolitana. Es considerada como la infraestructura de ingeniería hidráulica más grande que se haya construido en México y América Latina, y es la PTAR más grande del mundo construido en una sola etapa, entre 2009 y 2017, de manera simultánea con el Túnel Emisor Oriente (TEO) . La PTAR de Atotonilco inició operaciones en 2017 con el objetivo de captar las aguas residuales generadas en el Valle de México que, una vez tratadas y limpias alimentan los ríos Tula y El Salto, las Presas Requena y Endhó, así como los múltiples canales que conforme un sistema de riego de 80 mil hectáreas en áreas rurales de cultivos en el estado de Hidalgo. En 2011, en un contexto de impulso de la privatización de distintos servicios, la PTAR Atotonilco ganó el reconocimiento al mejor proyecto público-privado, un certamen de la consultora en proyectos hidráulicos Global Water Intelligence, que otorgó el premio al proyecto mexicano debido a la complejidad del financiamiento ya la rapidez de la contratación para la construcción de la Planta tratadora más grande del mundo, que proyectaba una inversión de más de diez mil millones de pesos mexicanos, que equivalen a 511,575,000.00 USD, de los cuales 46% serían subsidios por el gobierno federal a través del Fondo Nacional de Infraestructura (Fonadin), y el resto por el consorcio privado Aguas Tratadas del Valle de México (ATVM), conformado entre otras empresas, por la Promotora del Desarrollo de América Latina (IDEAL), y el Grupo Carso (ICA) [10]. En noviembre de 2018, usuarios de los distritos de riego 03 en Tula y 100 en Alfajayucan, Hidalgo, comenzaron una movilización contra la PTAR debido a que la administración otorgó la concesión del tratamiento de aguas en la región a Grupo Carso sin consultar al sector campesino , que había gestionado el agua residual durante los últimos 120 años. El presidente del Consejo de Usuarios en Defensa de las Aguas para Uso Agrícola, dijo que pensaban solicitar el cierre de la planta al gobierno federal entrante de Andrés Manuel López Obrador; también que no se están obteniendo los beneficios prometidos, pues su producción cayó entre 40 y 50 por ciento desde que se retiraron los nutrientes orgánicos que generaron más producto, mientras que persisten los metales pesados, aceites y químicos que hacen daño a la salud [11][12]. Para el consultor Félix Hernández Gamundi, es una aberración seguir drenando el agua del Valle de México en detrimento de su propio manto acuífero, pues a largo plazo se incrementarán los problemas de escasez y hundimientos de la capital ocasionados por la sobre explotación. Con todo y la reutilización en los campos agrícolas de Tula, la PTAR no obedece a una solución integral, sino al trasvase de cuencas cuya extracción depende del Cutzamala en la Cuenca Lerma Balsas, Estado de México; y de la excreción del drenaje profundo, a través del río Tula y la cuenca del Pánuco. Según el experto, antes de hacer la obra debían pensar en la capacidad distributiva del Valle de México para tratar las aguas residuales en los puntos cercanos donde estas se generan, así como en un plan para comenzar a separar las aguas pluviales de las sanitarias [13]. Para marzo de 2019, hubo nuevas movilizaciones, ahora protagonizadas por habitantes de San José, San Antonio y El Salto, comunidades vecinas de la PTAR en Atotonilco que alzaron la voz ante los olores fétidos permanentes y la cantidad de moscas generadas por la planta, que hacen imposible vivir en esas condiciones. Incluso hay registros de moscas que han depositado sus huevecillos y larvas en el cuerpo de animales, tanto de compañía como de corral, así como en el cuerpo de menores, que ya ni siquiera pueden salir a jugar libremente, dijeron [14]. Posteriormente, luego de que un monitoreo en la planta produjo valores de metano superiores a los obtenidos a nivel internacional, en mayo de 2019 la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales estatal, Semarnat Hidalgo, clausuró de manera parcial cuatro de las siete celdas del monorrelleno donde se depositan los lodos para su proceso de secado, pues tampoco se cumplió con la mitigación del mal olor ni de los enjambres de moscas [15]. Ese mismo año la senadora Xóchitl Gálvez del Partido Acción Nacional (PAN), revisó el problema de las aguas residuales desde las necesidades y la perspectiva de Hidalgo, y propusó un punto de acuerdo en el que la comisión exhorta a la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat ), la Comisión Nacional del Agua (Conagua), la Jefatura de la CDMX, el gobierno de Hidalgo y los gobiernos municipales de Tula y Atotonilco, a informar sobre sus acciones de atención al desalojo de aguas de la capital, incluyendo la PTAR Atotonilco y el revestimiento del río Tula. Asimismo, se invitó a trabajar en coordinación interinstitucional, ya la creación de un plan de tratamiento integral que proteja el ecosistema [16]. No obstante, en julio de 2020, ejidatarios del Valle del Mezquital y vecinos de las comunidades afectadas, volvieron a bloquear los accesos de la PTAR y amagaron con ampliar su protesta a las carreteras federales ante la falta de atención a sus demandas respecto a un proyecto que no funciona como se esperaba. Por el contrario, se trata de una obra que sigue contaminando el suelo, el subsuelo, los mantos freáticos y acuíferos. En ese sentido, agregaron que anteriormente recibieron 50 metros cúbicos por segundo (m3/s) de agua; pero actualmente solo están recibiendo 24 m3/s de agua, que además llega sin el 85% de materia orgánica, lo que genera gastos en fertilizantes y abono para la tierra [17]. La madrugada del jueves 25 de marzo de 2021, los habitantes de la comunidad de San José, en Atotonilco de Tula, percibieron una explosión al interior de la PTAR que dejó una nube blanca con fuerte olor químico descrito como cloro y gas, que los obligó a abandonar sus viviendas por algunas horas. Posteriormente regresaron a protestar y exigieron que Protección Civil y Conagua hicieran una revisión de las instalaciones, así como un informe de las causas. La petición llegó al Congreso de Hidalgo, donde los diputados expusieron que luego de la explosión algunas personas manifestaron dolores de cabeza, garganta, molestias de estómago, ardor de ojos y vómito; pero el personal negó que los olores emanaran de la planta y solo se permitió el acceso de tres vecinos y algunos medios de comunicación para recorrer la zona [18][19]. Por otro lado, el eje central del valle del Mezquital pasa por Tepatepec, cerca de donde está la Normal Rural Luis Villarreal, mejor conocido como El Mexe, en el municipio Francisco I. Madero, Hidalgo. Este mismo lugar fue sede de la Agenda Expo 2030, que reunió a campesinos usuarios del agua residual con representantes de Conagua y el Consejo Nacional de Ciencia Y Tecnología (Conacyt). Al término, Fernando Sánchez Reyna, miembro de la Unidad de Riego Tepatepec y organizador del evento, dijo que la PTAR Atotonilco les presentó más problemas de salud en la región, y su proceso de saneamiento no es el más adecuado para los cultivos, pues el cloro , el sodio y los demás químicos empleados, solamente dejan al agua sin nutrientes [20]. Para Carlos Paillés Bouchez, titular del Fideicomiso de Infraestructura Ambiental de los Valles de Hidalgo (FIAVIH), la PTAR Atotonilco se alejó de su propósito original debido a múltiples intereses que terminaron modificando el proyecto al retirar los nutrientes del agua residual. Señala que en su participación durante la construcción de obras similares se emplearon técnicas con bacterias para hacer más eficiente el tratamiento con fines de aprovechamiento agrícola. El experto también considera un error usar el gas butano para producir electricidad cuando solo se consigue un tercio de la requerida en la operación, y en cambio, se pierden los nutrientes del agua y se colocan en los lodos para venderlos a los ejidatarios, que ahora son molestos y prefieren las aguas negras de regreso [21]. En 2021 una serie de sucesos evidenciaron que la PTAR Atotonilco está superada. Marco Moreno Gaytán, presidente de la Sociedad Hidalguense Ecologista, dijo que la inundación registrada en septiembre de ese año en Tula y otros municipios del Valle del Mezquital, comprueba que la planta no tiene capacidad de absorber los excedentes del Valle de México para equilibrar los niveles en los cuerpos líquidos, pues el proyecto fue construido para coadyuvar el saneamiento de las aguas provenientes del Túnel Emisor Central (TEC); pero se ha visto rebasado por la construcción posterior del Emisor Oriente (TEO), el cual colapsó la capacidad del río Tula y probablemente problemas sanitarios entre pobladores cercanos a la planta [22]. Otro conflicto se sumó a finales de 2021, cuando vecinos de Conejos y San Antonio, en Atotonilco de Tula, bloquearon con lonas los accesos a la PTAR ante la cancelación del pozo Nuevo Conejos, que abastecía de agua a varias comunidades desde hace 30 años. Sin embargo, con la pésima negociación por parte de quienes autorizaron el proyecto, el pozo quedó dentro de las instalaciones y de un momento a otro se cortó el suministro de energía que hacía posible su funcionamiento, sin que los responsables cumplieran con los compromisos surgidos de las mesas de trabajo, entre los que destacan: la energía eléctrica para el pozo; el pago de predial al municipio por parte del Consorcio ATVM luego de reconocer que no pagaban; así como el diálogo directo con el titular de Conagua Germán Martínez para que intervenga en los compromisos sin cumplir desde 1992 [23]. En una atmósfera de tensión social y ambiental, 2022 no es la excepción. En enero se reveló un análisis hídrico realizado por la Conagua y la Semarnat que prolongará la existencia de 39 focos rojos en México. Hidalgo destaca entre los 15 focos considerados como de “muy alta prioridad” debido al abastecimiento con aguas contaminadas del río Tula y la Presa Endhó; pero también es un foco rojo por la oposición a la PTAR Atotonilco ya las obras de ampliación y revestimiento en el río Tula, consideradas ecocidio por los pobladores y activistas [24]. Por su parte, el diputado Cuauhtémoc Ochoa, del Parlamento de Morena en la LXV Legislatura, hizo una proposición con punto de acuerdo en la que resume que, desde su arranque en 2017, ha habido múltiples denuncias de comunidades cercanas a las instalaciones, que son muestra de las deficiencias en la operación y muy posiblemente del incumplimiento de la NOM004-Semarnat-2022, por lo que se exhorta a Conagua a hacer pública la información de la PTAR Atotonilco, ya las autoridades de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa ), a realizar de manera inmediata un análisis de lodos y biosólidos para verificar la norma, especialmente después de la presencia de larvas en la piel de niños [25][26]. La inconformidad no solo persiste, se incrementa ante la indiferencia de los tres órdenes de gobierno que siguen velando por sus propios intereses. La Planta Tratadora Atotonilco también se enmarca dentro de un corredor industrial que desde 2019 fue identificado como un infierno ambiental por Víctor Manuel Toledo, entonces titular de Semarnat[27]; sin embargo, aún se espera la declaratoria oficial mientras proliferan los conflictos socio ambientales en la zona, por ejemplo en el ecocidio del río Tula, o en el asesinato de un activista que se oponía a un basurero industrial que afecta las aguas subterráneas de Hidalgo. Quizá también sigue latente la advertencia que en 2021 lanzaron los vecinos y ejidatarios sobre un posible cierre definitivo de la PTAR por sus propios medios. (See less) |