En el municipio de Segovia la pequeña y mediana minería ha sido el eje central de la actividad económica de los pobladores de la región; ésta actividad le ha otorgado el triste título de ser la región más “mercurizada” del país, he inclusive entre las regiones más contaminadas por mercurio del mundo. Pero, en esta región no solo se presentan conflictos por la contaminación ambiental, sino también por la grave situación social que enfrenta la población; intensificado y detonado por la fuerte presencia de actores armados, quienes se disputan el control de las riquezas de minerales con que cuenta la región del nordeste antioqueño, entre los que también se encuentran los municipios mineros de Remedios, Vegachí y Yalí.
Desde 1852 la multinacional anglo-estadounidense Frontino Gold Mines se establece en el municipio de Segovia, atraída por la abundancia de minerales en la zona; sin embargo, a finales de los años 70s la empresa es liquidada y al parecer, se conceden los títulos de propiedad a los antiguos trabajadores de la mina. Pese a ello, el gobierno nacional niega este trato y en el año 2004 se inicia un nuevo proceso de liquidación, que deja finalmente para el año 2010 la propiedad de las minas a la multinacional, Medoro Resources esta vez de origen canadiense, que posteriormente se fusiona con la tambien canadiense Gran Colombia Gold. La situación podría considerarse normal de un proceso comercial, sino fuera por la grave presencia de actores armados. En primera instancia, fue la guerra entre paramilitares y guerrilleros por el control total del territorio, junto con la riqueza de las minas, posteriormente paso a denominarse conflicto entre bandas criminales- Bacrim (urabeños, rastrojos, los paisas y algunos frentes de las farc), cuyo fundamento sigue siendo el mismo, el control de la riqueza minera de la zona.
A través de asesinatos, amenazas entre otras acciones violentas, que se presentan en su mayoría sobre los pequeños y medianos mineros sindicalizados los grupos armados en la región del nordeste antioqueño buscan el control sobre las minas. Frente a esta situación, el líder sindical Dairo Rúa decidió vivir confinado (con el respaldo de algunos miembros de la policía) en una de las minas conocida como La Roca, una de las tantas pequeñas minas de oro que tiene el municipio de Segovia. Este hecho, permitió el sustento de más de 300 familias que dependen de esta actividad, sino fuera por la firme voluntad de este líder, las minas estarían hoy en poder de las llamadas bandas criminales.
Hoy en día, la situación continua siendo tensa, los asesinatos y las amenazas a los pequeños mineros son cada vez más constantes, dejando en vilo la situación social y ambiental en el municipio de Segovia y en general en la región del nordeste antioqueño.
Keywords: gold mining, artisanal miners, mercury contamination, armed conflict
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