Este conflicto se da en un contexto de gran violencia pasada y presente que han padecido los habitantes de la Serranía de San Lucas, situación que se relaciona tanto por su riqueza de grandes reservas de oro como su posición estratégica en términos geopolíticos. En este contexto, la empresa sudafricana Anglogold Ashanti (AGA) ha fijado sus ojos en esta peculiar zona geográfica. A principios del siglo XVII la Serranía se convirtió en refugio de mestizos, negros libres, blancos pobres e indígenas que se establecían en lugares conocidos como 'Rochelas' poblaciones alejadas de los centros administrativos como Cartagena y Santa Marta; cuyo fin era poder llevar una vida tranquila, sin la continua persecución de las autoridades tradicionales. Estos desarrollaban actividades de subsistencia, entre cultivos de pan coger y mineria artesanal (Mazamorreo). Pero la conquista y colonización española continuaba en esta zona del interior de la provincia de Cartagena. En las primeras décadas del siglo XVII las tierras y las minas de oro fueron adjudicadas al alférez Diego Ortiz Nieto, capitán de guerra, Ortiz organizó varias incursiones militares contra los palenques de negros fugitivos, que se habían establecido en estas fértiles tierras, entre los brazos del río Magdalena. Luego de 'pacificar' la zona, a Ortiz Nieto le concedieron una merced de 200 caballerías de tierra, equivalentes a 84.000 hectáreas. Nuevamente las poblaciones que habitan este territorio son objeto de persecuciones, guerra y apropiación de la tierra, desde los años 90 la Serranía se consideraba un codiciado trofeo territorial del ELN (Ejercito de Liberación Nacional). Y desde 1997, con la devastadora entrada de las autodefensas (AUC) quienes convirtieron la Serranía en un verdadero camposanto. Pero después de tres años de hostilidades y de nuevamente 'pacificar' la zona, esta vez la multinacional sudafricana Anglogold Ashanti presentaba en el año 2004 una solicitud de exploración y explotación minera de oro en la zona de la Serranía en un panorama historico de 333 ejecuciones extrajudiciales, 80 desapariciones y el desplazamiento de por lo menos 60.000 personas en la década anterior. Las organizaciones mineras que habitan el territorio, sobre todo en el municipio de Santa Rosa, donde se concentra la mayor parte de las minas, a traves de la Federación Agrominera del Sur del Bolívar (Fedeagromisbol) tomó la vocería contra la multinacional. Lleva más de una década buscando obtener los títulos de esas minas, que sus miembros han explotado por años de manera ilegal bajo una legislación que siempre fue precaria e hizo preponderante la minería de hecho. La región, de acuerdo con diferentes estudios (Observatorio Integral de Magdalena Medio) posee reservas de oro de 1,5 millones de hectáreas en la Serranía de San Lucas, considerada la mina más grande de América Latina. La multinacional mantiene diálogos con las comunidades de la Serranía de San Lucas y, aplicando una política de buenos vecinos y amigos, ya emprendió labores de exploración concertada en San Martín de Loba, Barranco de Loba y Río Viejo, y espera seguir haciéndolo en uso de su licencia. El único obstáculo para el negocio fue Fedeagromisbol, Teófilo Acuña y Alejandro Uribe principales representantes, quienes venían liderando la protesta contra la multinacional, pero además denunciaron que miembros del Batallón Nueva Granada (Ejercito Nacional de Colombia) estaban realizando retenes y bloqueos en las vías conducentes a las minas, donde exhortaban a los pobladores a permitir la entrada de la Anglogold a la Serranía de San Lucas, en el sur de Bolívar. El 20 de septiembre de 2006, el cadáver de Alejandro Uribe fue presentado ante los medios de comunicación por el Batallón Antiaéreo Nueva Granada como guerrillero del ELN, muerto en combate. La muerte de Uribe causó indignación entre la comunidad. La Diócesis de Magangué, con monseñor Jorge Leonardo Gómez Serna a la cabeza, y la organización de derechos humanos Amnistía Internacional, denunciaron la muerte del líder, sumándola en respectivos reportes 'a una preocupante cadena de atentados, bloqueos, amenazas y asesinatos que, según lo expresado por algunos habitantes de la zona, lamentablemente están siendo cometidos por miembros del Batallón Nueva Granada. Meses después, el presidente de Fedeagromisbol, Teófilo Acuña, fue capturado por el Ejército con cargo de sedición. A los poco días fue liberado. Organismos internacionales clasifican a la Serranía de San Lucas como una ecorregión estratégica, pero asimismo uno de los ecosistemas más amenazados y a la vez menos conocidos del continente. Por lo anterior, catalogan a la Serranía de San Lucas 'con status crítico para su conservación' (Fundación Colibrí). A pesar de tan importante riqueza ambiental y social, hoy en la Serranía se sigue librando una lucha sanguinaria entre los carteles de la droga, las Farc, el Eln, las Águilas Negras y el Ejército Nacional, así como también la fuerte expansión de la actividad minera. |