La ciudad de Tandil tiene una población de 123.000 habitantes. Se encuentra rodeada por el sistema de Tandilia, macizo rocoso que irrumpe en la Pampa Húmeda, provincia de Buenos Aires, Argentina. Las sierras son una parte constitutiva de la misma, elemento central para la identidad de los tandilenses, a la vez que constituyen una importante fuente de recursos económicos. La economía de Tandil está basada principalmente en la agricultura, la ganadería, el turismo y la actividad minera. Esta última ha estado presente en la ciudad desde principios del siglo XX, pero en ese entonces la actividad poseía otras dimensiones: quienes efectuaban las extracciones eran picapedreros y las cantidades eran reducidas, por ende también los impactos ambientales. Con el paso del tiempo la actividad cambió, los daños negativos se hicieron más profundos y, debido al uso de maquinarias y explosivos, la absorción de mano de obra se redujo notablemente. Además, el crecimiento urbano produjo que el ejido avanzara hacia zonas de canteras en explotación, lo cual provocó un conflicto entre los usos minero y residencial, por lo que varias explotaciones debieron abandonarse. En esta etapa del conflicto ya podían identificarse algunos actores tales como los empresarios y trabajadores mineros, el Estado Municipal actuando como regulador y mediador del conflicto y los vecinos aun no organizados.
A mediados del siglo XX, cuando el hormigón suplanto al adoquín, el producto que se generaba en Tandil pasó a ser piedra molida, y los saberes de los picapedreros fueron desplazados. En las últimas décadas, el aumento de la mecanización y la involución del producto (de bienes con importantes procesos de diferenciación y de gran valor agregado a bienes homogéneos y primarios) generaron un importante aumento en la intensidad de la utilización del recurso natural y una gran disminución en la demanda de mano de obra, con escasa especialización.
Al inicio del conflicto se encontraban en funcionamiento siete canteras, que producían piedra molida y arena de granito, destinados fundamentalmente a obra pública, y enormes piedras que son llevadas a ciudades costeras para la construcción de escolleras.
Ante los impactos que generaba la actividad, parte de la comunidad interesada en poner límites a la minería, se organizó en la Asamblea Ciudadana por la Preservación de las Sierras de Tandil, en 2006, que surge de una organización previa: la Comisión Multisectorial por la Preservación de las Sierras de Tandil, constituida en 1999.
La Asamblea se ha planteado como objetivo central preservar el ecosistema serrano, demandando la sanción de una legislación que declare “Áreas Protegidas” a las Sierras de Tandil. Estas organizaciones no sólo cuestionan la presencia de canteras en las sierras, sino también la lógica con la que se llevan adelante las actividades túrísticas en la zona, y la misma organización territorial de la ciudad. El uso residencial de las Sierras es un fenómeno ligado al ideal de vida tranquila en contacto con la naturaleza. La cercanía relativa de Tandil respecto a la capital, así como la imagen de tranquilidad y seguridad y la buena disponibilidad de servicios son algunos de los factores que han contribuido al aumento de construcciones de particulares, así como de grandes emprendimientos inmobiliarios, en la zona serrana o periserrana.
Las sierras constituyen una parte sustancial de la identidad de los tandilenses, y de la propia ciudad como destino turístico y de vida.
En 2009, la Asamblea organizó una Consulta Popular, en la que participaron más de 400 voluntarios, quienes consultaron a la población respecto a la declaración de las sierras como Áreas Protegidas. 14 mil hogares se manifestaron de acuerdo en solicitarles a todas las autoridades responsables de la preservación de las sierras su declaración como Áreas Protegidas, para impedir por ley y sin excepciones la actividad minera, las construcciones y forestaciones exóticas sobre el sistema serrano.
Finalmente, a principios de 2010 fue promulgada la Ley de Paisaje Protegido. Si bien los miembros de la asamblea la consideran un paso hacia la preservación, no alcanza a satisfacer lo pedido por estas organizaciones, ya que sólo protege una parte del área serrana. De las siete canteras, tres fueron afectadas por esta ley y debieron suspender sus actividades. Keywords: small scale sand miners, urbanization, concrete, tourism, workers
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